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Publicado el 2021/08/31
Correr es una disciplina que exige algo más que una buena condición física y un par de tenis que puedes presumir con orgullo. En realidad, los dos anteriores puntos son los menos importantes. Correr, al igual que ocurre con los negocios que un emprendedor comienza a echar a andar, exige una mentalidad fuerte para sobrellevar los múltiples cambios que pueden ocurrir en el camino y saberse adaptar a ellos.
En las subidas o en los momentos complicados, tu estrategia debe cambiar para evitar la fatiga; en las bajadas, que en apariencia son los tramos más fáciles, debes adaptar la manera en que andas de tal manera que esa confianza no se transforme en alguna lesión. Correr exige una serie de acciones y decisiones que se pueden equiparar a la clase de carrera que realizas cuando estás haciendo un negocio.
Aunque corras solo, todo emprendedor necesita del estímulo de los demás
Siempre se ha creído que correr es una actividad esencialmente solitaria. Lo es, pero no en su totalidad. Para correr con estímulo y energía, necesitas la fuerza que te pueden dar los demás corredores o el público que se encuentra en la competencia. En los negocios es lo mismo: necesitas tener a tu alrededor personas que te impulsen, aconsejen y te hagan ver lo viable que son tus ideas. Quizás la idea que tienes como emprendedor para hacer un negocio sea tuya, pero será complicado que llegues hasta la meta sin contar del apoyo de un grupo que te cobije y te impuse a llegar hasta donde quieres.
Al final de todas las carreras solo hay un ganador. Es una ley de los deportes y la vida: tal vez creas que estás lo suficientemente preparado para incursionar en el mundo de los negocios, pero siempre habrá alguien que te lleve una ventaja en cuanto a experiencia y conocimientos. Quizás también en cuanto a ideas. En lugar de sentirte menos, eso te puede servir de inspiración para prepararte, entrenar y ser un poco más fuerte cada día.
Toda carrera tiene sus puntos duros, en los cuales un corredor quizás comience a replantearse si en realidad está listo para seguir adelante. La mayoría de las ocasiones es debido a que no estudió con anticipación la ruta. En los negocios pasa lo mismo: debes tener un panorama bastante amplio acerca de los momentos en que las cosas pueden complicarse. Y para ello debes tener listo un plan. De esa manera las sorpresas serán mínimas y sabrás la manera correcta de actuar para que esos cambios bruscos no se conviertan en un estímulo para abonar tu proyecto.
¿Por qué un corredor corre una carrera? Al final, el único estímulo que tiene en mente es llegar a la meta y celebrar su logro. En el ínter demostrará lo fuerte que es, la velocidad que es capaz de alcanzar, su resistencia física y mental, pero todo se traduce a una acción esencial: cruzar la meta y acabar la carrera. En los negocios igualmente debe tener en mente eso: ¿Cuál es la meta que deseo alcanzar y lograr? ¿Cuánto debo sacrificar e invertir para alcanzar lo que quiero? Si solo empiezas a negociar y planear sin saber hacia dónde ir, tal vez te cueste demasiado esfuerzo. Será como andar a ciegas.
Un corredor no renuncia a la competencia a menos que no tenga otra opción. Mientras sus pulmones tengan la fuerza para continuar, y sus piernas la resistencia para seguir avanzando, jamás renunciará. En el caso de los emprendedores ocurre lo mismo: si te sientes son la fuerza necesaria para seguir adelante, entonces no abandones. El esfuerzo es mayúsculo y a veces querrás hacer todo a un lado, es verdad, pero mientras tu sueño de emprendedor se mantenga intacto y alrededor tuyo haya más de una razón para seguir, entonces la opción de abandonar no debe ser la más fuerte sino la última de ellas.
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