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Publicado el 2021/08/31
Como ya sabes, la contabilidad no se puede llevar como a cada uno le parezca conveniente: hay una normativa que cumplir y unos principios que acatar.
Sin embargo, sí me parece importante que tengas claras 3 ideas que son consecuencia de la aplicación del plan contable y que son bastante desconocidas para cualquier persona ajena a esta materia.
Primero te las voy a explicar y después veremos su importancia.
Significa que los hechos económicos deben contabilizarse en la fecha en que se producen, independientemente del momento en que tenga lugar su cobro o pago.
Con los siguientes ejemplos vas a entender perfectamente lo que esto implica en la práctica:
Gasto es el bien o servicio que se adquiere para consumirlo o integrarlo en el proceso productivo, de forma que la utilidad que reporta a la empresa va a tener una duración inferior a un año.
Inversión es el bien o servicio que cuando se adquiere forma parte del activo de la empresa y produce utilidad por un plazo superior a un año.
Por ejemplo, el alquiler de una oficina es un gasto, porque podré disponer de ella sólo durante el tiempo que esté vigente el contrato.
Por el contrario, si compro la misma oficina será una inversión porque se tratará de un bien que formará parte de mi patrimonio de forma indefinida.
Además de lo dicho, destaco dos diferencias fundamentales entre ambos conceptos:
Los gastos implican siempre una disminución patrimonial, lo cual no se produce en el caso de la inversión.
Siguiendo con el ejemplo de la oficina de antes, el alquiler supone una salida de dinero que no se va a recuperar y eso es una disminución del patrimonio de la empresa.
En la compra del inmueble, sin embargo, lo que se produce es un cambio en la composición del patrimonio: antes tenía dinero y ahora tengo una oficina por el mismo valor, o antes no tenía deudas y ahora tengo una oficina y una deuda por el mismo valor.
En cualquier caso, no se produce una disminución del valor del patrimonio.
Los gastos se restarán de los ingresos para calcular el beneficio o pérdida de la actividad.
Por el contrario, las inversiones se imputan a resultados sólo en un porcentaje anual (es lo que se llama «amortización»).
Al margen de estos dos conceptos está el pago, que es una salida de dinero.
Realizar un pago no afecta para nada al beneficio o pérdida de la actividad porque, como he dicho, sólo es una salida material de dinero.
El beneficio o la pérdida de la actividad viene determinado por la diferencia entre los ingresos y los gastos.
Lógicamente, si los ingresos son superiores el resultado será beneficio, y si los gastos son mayores el resultado será de pérdidas.
Hasta aquí todo bien.
El quid de la cuestión está en determinar con exactitud cuales son los ingresos y gastos imputables al ejercicio.
Y para eso hay que tener en cuenta los principios y las normas de valoración contenidas en el plan contable.
Con esto lo que quiero decir es que el cálculo del beneficio o la pérdida de la empresa es un proceso contable y que el resultado de este proceso no suele coincidir con el que se obtiene al margen de él.
Es un error muy común creer que:
Beneficio = Dinero disponible
Pérdida = Número rojos
Y esto no es necesariamente cierto, ya que una empresa puede obtener ganancias pero no tener liquidez porque, por ejemplo, los clientes le deben dinero o porque está pagando inversiones (que no gasto) o porque ha estado disminuyendo sus deudas.
Y también a la inversa: la entidad puede cerrar un ejercicio con un resultado negativo y, sin embargo, contar con dinero disponible porque ha aumentado su endeudamiento o porque sus activos se han deteriorado o porque hay clientes que es seguro que no le van a pagar, por ejemplo.
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